lunes, 6 de octubre de 2014

TRASTORNO OBSESIVO - COMPULSIVO

TRASTORNO OBSESIVO -  COMPULSIVO 
A veces, todos chequeamos las cosas dos veces, por
ejemplo, chequeamos la cocina antes de irnos de la casa para
asegurarnos de que esté apagada. Pero las personas con TOC
sienten la necesidad de chequear las cosas una y otra vez o
tienen ciertos pensamientos o realizan rutinas y rituales una
y otra vez. Los pensamientos y rituales del TOC causan
angustia e interfieren con la vida cotidiana.

Obsesivo por la limpieza


Estos pensamientos repetidos y perturbadores del TOC
se llaman obsesiones. Con el fin de intentar controlar
estas obsesiones, las personas con TOC repiten rituales o
comportamientos, llamados compulsiones. Quienes tienen
TOC no pueden controlar dichos pensamientos y rituales.
Ejemplos de obsesiones son el miedo a gérmenes, a ser
heridos o herir a otros, y pensamientos perturbadores
religiosos o sexuales. Ejemplos de compulsiones son contar
o limpiar cosas, lavarse el cuerpo o partes de este repetidas
veces, o ordenar las cosas de un modo en particular, cuando
estas acciones no son necesarias, y verificar todo una y otra
vez.
Las personas con TOC tienen estos pensamientos y llevan
a cabo estos rituales por lo menos una hora la mayoría de
los días y a menudo por más tiempo. La razón por la que el
TOC interfiere con sus vidas es que ellos no pueden detener
estos pensamientos o rituales, de tal modo que, por ejemplo,
en ocasiones faltan a la escuela, el trabajo, o reuniones con
amigos.

¿Cuáles son los síntomas del TOC?
Se lavan las manos contínuamernte
 
Las personas con TOC:
tienen pensamientos o imágenes repetidas
sobre muchas cosas diferentes, como miedo a gérmenes,
la suciedad o intrusos; violencia; herir a seres queridos;
actos sexuales; conflictos con creencias religiosas; o higiene
personal excesiva.
realizan los mismos rituales una y otra vez
tales
como lavarse las manos, abrir y cerrar puertas, contar,
guardar artículos innecesarios, o repetir los mismos pasos
una y otra vez.
tienen pensamientos y comportamientos
indeseados
que no pueden controlar.
no obtienen placer de tales comportamientos
o rituales,
pero sienten un leve alivio de la ansiedad que
estos pensamientos causan.
pasan por lo menos una hora al día con estos
pensamientos o rituales,
los cuales causan angustia
e interfieren con sus vidas cotidianas.


¿Existe ayuda?

Obsesionada por  el orden y la limpieza.
 
Existe ayuda para las personas con TOC. El primer paso es ir a un
médico o una clínica de salud para hablar sobre los síntomas. Quines
piensan que tienen TOC quizás quieran llevar este folleto a la consulta
médica para que les ayude a hablar sobre sus síntomas. El médico les
realizará un examen para asegurarse de que no sea otro problema físico
el que está causando los síntomas. El médico puede mandarlos a ver a
un especialista en salud mental.
Hay diferentes tipos de tratamientos para el TOC. Los médicos
pueden pedir a las personas con TOC que vayan a psicoterapia con
un psicólogo, psiquiatra, o trabajador social con licencia. Un tipo de
terapia llamada terapia de comportamiento es especialmente útil para
tratar el TOC. Enseña a una persona diferentes maneras de pensar,
actuar, y reaccionar a situaciones y estas diferentes maneras de hacer las
cosas ayudan a la persona a sentirse menos ansiosa y temerosa sin tener
pensamientos obsesivos o sin tener que actuar de manera compulsiva.
Los médicos también pueden recetar medicamentos para ayudar a
tratar el TOC. Es importante saber que algunos de estos medicamentos
pueden tardar varias semanas para empezar a hacer efecto. Los tipos de
medicamentos utilizados para tratar el TOC son los antidepresivos y
medicamentos ansiolíticos (medicamentos para controlar la ansiedad/
los nervios). Algunos de estos medicamentos se utilizan para tratar otros
problemas, como la depresión, pero también se utilizan para tratar el
TOC. Aunque estos medicamentos a menudo tienen leves efectos
secundarios, usualmente no son un problema para la mayoría de las
personas, especialmente si se comienza con una dosis baja y se aumenta

lentamente con el tiempo.

Lo mejor es acudir al Psicólogo. Se precisan Terapias.

A algunas personas la terapia les funciona mejor, mientras que a otros
les funciona mejor los medicamentos. Pero a otras les funciona mejor
una combinación de los dos. Hable con su médico acerca del mejor
tratamiento para usted.

jueves, 25 de septiembre de 2014

TRASTORNO BIPOLAR

TRASTORNO BIPOLAR
El trastorno bipolar es una enfermedad muy grave del cerebro. También se la llama enfermedad maníaco-depresiva. Los que sufren del trastorno bipolar experimentan cambios de ánimo inusuales. A veces se sienten muy felices y “animados” y mucho más activos que de costumbre. Esto se llama manía.
Cerebro normal y Cerebro deprimido
Y a veces los que sufren del trastorno bipolar se sienten muy tristes y “deprimidos” y son mucho menos activos. Esto se llama depresión.
El trastorno bipolar también puede provocar cambios en la energía y el comportamiento.

Al ser bipolar, es com si mostraríamos dos caras.
 El trastorno bipolar no es lo mismo que los altibajos que experimentan todas las personas. Los síntomas bipolares son más potentes, estos Pueden dañar las relaciones entre personas y hacer que sea más difícil ir a la escuela o conservar un empleo. También pueden ser peligrosos. Algunos personas que sufren del trastorno bipolar intentan hacerse daño o suicidarse.

De un estado de Depresión grave, podemos llegar a convertirnos en Maniáticos
Los que sufren del trastorno bipolar pueden obtener tratamiento. 
Con ayuda pueden mejorar y llevar vidas exitosas y así poderse desarrollar mejor en la sociedad y el entorno en el que viven.
Depresión Vs. Manía.
Muchas veces pensamos que nuestros amigos o amigas tiene trastorno bipolar por los cambios repentinos que ellos tiene de animo o humor, pero no es así. 
Como ya mencioné esto es grave y podemos compararlo con un cáncer, que si no lo tratamos bien y con el tratamiento y medicamento adecuado, nos puede llevar a la muerte.



 

PSICOPATOLOGIA INFANTIL

PSICOPATOLOGÍA INFANTIL

La psicopatología infantil son aquellos trastornos y enfermedades mentales dadas en los niños, que incluye a las neurosis y las psicosis, vistas desde un enfoque conductual y psicodinámico.
 Se describe la neurosis infantil, como una conducta dependida a través de los diferentes eventos traumáticos que ocurren en el niño descartando el origen orgánico y enfatizando su origen psíquico, su etiología y sintomatología, según la edad. 
Es decir,las conductas que el niño tiene que dependen de muchos factores, como ser fisiológico y mental segun la edad.
Los niños necesitan ayuda profesional. Terapias.


Se detalla una clasificación de la neurosis infantil que incluyen trastornos que se dan en el adulto y que tienen su inicio en la infancia. es decir que la neurosis infantil se puede dar en los adultos porque la raíz del problema fue y se desarrolló desde su infancia.
Un niño también puede caer en una grave depresión.

Reacciones neuróticas en los niños.
 Finalmente, se estudia la psicosis infantil como una conducta que tiene fases hereditarias pero que es el ambiente el que las desencadena; así mismo se hace una diferenciación entre autismo infantil y psicosis infantil, quiere decir que la mayoría de la psicosis que se dan es por factores hereditarios ypor el entorno en el cual vive en este caso el niño.

Con el transcurrir del tiempo el término ha sido denominado de diferentes formas, como histeria, psiconeurosis, neurosis e inclusive sólo ansiedad.
Muchas veces las patologías en los niños son consecuencias de su entorno
Es necesario diferenciar entre los diversos tipos de neurosis que se presentan en el individuo, teniendo en cuenta que algunos síntomas de la ansiedad se presentan en la niñez, los que van creciendo  a medida que el sujeto avanza en edad.
En cuando a las psicosis infantiles, las investigaciones son mas pobres porque se pensaba que la esquizofrenia sólo se presentaba a partir de la adolescencia; habiéndose dado mayor importancia al autismo infantil, el que en un inicio, se le define como sinónimo de psicosis infantil.

viernes, 19 de septiembre de 2014

La psicopatología
La psicopatología es la disciplina que estudia lo anormal, lo desviado, lo desadaptado, lo trastornado, lo desorganizado, etc., cuyo interés se centra en la naturaleza y las causas de la conducta anormal o psicopatológica y se plantea como objetivo principal descubrir leyes que regulan la conducta anormal o patológica mediante el método científico. El interés de la Psicopatología radica en la naturaleza y las causas de la conducta anormal o psicopatológica. Sin embargo, es difícil definir absolutamente y con total precisión lo que debe entenderse por conducta anormal o psicopatológica, por lo cual es útil conocer cuales son los criterios o parámetros que nos permitirán al campo de lo anormal o psicopatológico.

Normalidad y anormalidad
A continuación definiremos algunos criterios que pueden auxiliarnos para aproximarnos a la conducta normal y anormal.


La conducta normal
Diversos especialistas han tratado de definir lo que es la conducta normal, así Zepeda refiere que se ha tratado de definir lo “normal” desde un punto de vista meramente estadístico, considerando que quienes se encuentran en la media de una curva de distribución normal son los sanos, mientras que los que se alejan de ella son los enfermos. También se ha tratado de diferenciar lo “normal” de lo “anormal”, argumentando que es únicamente una diferencia de grado: yo puedo ser muy pulcro y escrupuloso al momento de lavarme las manos, pero si quiero lavármelas diez veces seguidas antes de considerar que las tengo limpias, entonces soy un obsesivo compulsivo. Un enfoque más es el de la norma cultural; según él, la sociedad de alguna forma convino en qué conductas va a considerar como normales y cuáles no, dependiendo de este acuerdo lo que es “normal” y lo que no lo es. Empleando un criterio de efectividad, se considera sanos a quienes son capaces de mantener el equilibrio fisiológico y psicológico.

Por otro lado, Offer y Sabsin, consideran que la normalidad puede entenderse de las siguientes formas:

Normalidad como salud: Se considera que un comportamiento está dentro de los límites normales cuando no se observa psicopatología. Para la perspectiva médica la ausencia de signos y síntomas es indicativa de salud. Se considera a la salud como un estado funcional razonable más que óptimo.
Normalidad como utopía: La normalidad se considera como una mezcla armoniosa y perfecta de los distintos elementos de la mente (ello, yo y superyó). Este criterio se basa en la definición de Freud: Un ego normal es como la normalidad en general: Un ideal de ficción.
Normalidad como promedio: Se basa en el principio matemático de la curva en forma de campana (curva de Gauss). Esta definición considera normal el rango medio, y ambos extremos se corresponden con las desviaciones de la normalidad. Se acepta como normal el comportamiento más frecuente en la población, en donde la patología sería la desviación con respecto a la media a ambos lados de la distribución Gaussiana.
Normalidad como proceso: Enfatiza la dimensión corporal y adaptativa de funciones psíquicas, en donde la normalidad vendría definida por la homeostasis o equilibrio dinámico entre la persona y su medio físico y social.



Criterios para definir la normalidad psíquica
Por otra parte, también existen muchos criterios que pueden auxiliarnos a determinar cuando estamos en presencia de la normalidad psíquica.

A continuación se enuncian algunos criterios de salud mental o de normalidad psíquica que señalan un adecuado funcionamiento mental:

Sentido propio de la identidad y la cohesión interna, que va unido aun conocimiento de uno mismo, de las propias motivaciones, deseos y emociones.
Sentido de la autoestima, ajustado a la realidad. Significa sentirse satisfecho y en paz con uno mismo, con el desarrollo de su “Yo ideal” que sirve de referencia para la evolución en continuo perfeccionamiento personal.
Sentimiento de seguridad, de ser aceptado en el mundo social.
Capacidad para aceptar y dar afecto.
Responsabilidad hacia el grupo social y familiar en el que el sujeto se desenvuelve.
Capacidad-no problematizada- de lograr una satisfacción de las necesidades biológicas: hambre, sexualidad, sueño y descanso, etc.
Capacidad para ser productivo y sentirse creativo y feliz en lo cotidiano.
Desarrollo de un sistema axiológico, coherente y aceptado con responsabilidad.
Ausencia de tensión y de hipersensibilidad.
Presencia de un firme anclaje en la realidad, sin percepciones distorsionadas, de la misma ni expectativas no adecuadas a ella.
Resistencia al estrés y a la frustración. En función de la existencia de mecanismos de defensa del Yo y su capacidad de enfrentarse eficazmente con los conflictos.

La conducta anormal
Hansell y Damour señalan los siguientes conceptos centrales que debemos tomar en cuenta para poder definir la anormalidad:

La importancia del contexto para definir y entender la anormalidad
Sólo podemos etiquetar una conducta como anormal si consideramos el contexto situacional en el que ocurre; las conductas que son normales en un contexto determinado podrían ser consideradas anormales en otro. Además, la conducta anormal es generalmente más entendible cuando es vista en el contexto de la historia de vida y los acontecimientos vitales de la persona. Finalmente, las variables del contexto demográfico como la edad, el género, la cultura y la clase social influyen en la definición, clasificación, explicación y tratamiento de las conductas anormales.

El continuo entre la conducta normal y anormal
Los síntomas emocionales y conductuales ocurren dentro de un continuo que va de lo menos a lo más severo, y muchas formas de anormalidad son versiones exageradas de sentimientos y conductas normales. La línea divisoria entre las conductas normales y anormales nunca está enteramente claro, pero el campo de la Psicología Anormal ha desarrollado criterios que nos ayudan a hacer esta distinción.

El relativismo histórico y cultural al definir y clasificar la anormalidad
La definición y clasificación de la conducta anormal varía considerablemente a través de los diferentes periodos históricos y las diferentes culturas. Como resultado de ello, no podemos hacer afirmaciones universales y absolutas de lo que constituye la conducta anormal, y siempre tendremos que estar conscientes de los lentes históricos y culturales a través de los cuales vemos el concepto de anormalidad.

Las ventajas y desventajas del diagnóstico
Como otros campos científicos la Psicología Anormal cuenta con un sistema de categorías para clasificar su objeto de estudio. Estos sistemas diagnósticos tienen la ventaja de facilitar el tratamiento, la investigación y la enseñanza de la Psicología Anormal. Pero los sistemas diagnósticos en la Psicología Anormal tienen también limitaciones importantes; pueden simplificar demasiado problemas complejos, y un diagnóstico de enfermedad mental puede ser estigmatizante y desmoralizante para la persona que está siendo diagnosticada.

El principio de la causalidad múltiple
Los trastornos mentales pueden ser el resultado de una amplia variedad de causas: algunas predisposiciones, algunas precipitantes, algunas psicológicas, algunas biológicas, algunas causas internas relativas a la persona afectada y otras externas relativas al ambiente. La mayoría de los trastornos implican causas múltiples que interactúan. Asimismo, muchas perspectivas teóricas diferentes coexisten dentro del campo de la Psicología Anormal. Cada perspectiva teórica tiene alguna contribución importante que hacer, y el campo de la Psicología Anormal se está orientando hacia las explicaciones y tratamientos que combinan componentes de varias teorías.

La conexión entre la mente y el cuerpo fusión
Un entendimiento concienzudo de la Psicopatología requiere que comprendamos la conexión entre la mente y el cuerpo. Sabemos que las anormalidades cerebrales pueden causar síntomas emocionales, y, a la inversa, que el sufrimiento emocional puede causar síntomas físicos. Como resultado, es importante poner atención a la interrelación entre el funcionamiento psicológico y físico de una persona para poder explicar y tratar la conducta anormal.

Criterios para etiquetar la conducta anormal
De acuerdo con Rosenhan y Seligman (1989), existen siete criterios que pueden utilizarse para etiquetar el comportamiento como “anormal”:

Malestar o deterioro. Un individuo experimenta malestar personal o deterioro en su funcionamiento, lo que produce un riesgo de menoscabo físico o psicológico, o pérdida de la libertad para actuar.
Desadaptación. Un individuo actúa de tal forma que entorpece sus metas, no contribuye a su bienestar personal o interfiere mucho con las metas de otros y las necesidades de la sociedad. Una persona que bebe tanto que no puede mantener un empleo o que pone en peligro de la vida de otros debido a su intoxicación, manifiesta una conducta desadaptada.
Irracionalidad. Un individuo actúa o habla de manera irracional o incomprensible para otros. Un hombre que responde a voces que no existen en la realidad objetiva, se comporta de manera irracional.
Conducta impredecible. Un individuo que actúa de forma impredecible o errática de una situación a otra, como si experimentara una pérdida del control. Un niño que golpea su puño contra una ventana sin ninguna razón aparente, manifiesta una conducta impredecible.
Poca convencionalidad y rareza desde el punto de vista estadístico. Un individuo se comporta en formas estadísticamente raras y que violan las normas sociales o lo que es aceptable o deseable. Sin embargo, el simple hecho de ser poco común desde el punto de vista estadístico, no produce juicio psicológico de anormalidad. Por ejemplo, un nivel muy alto de inteligencia es sumamente raro, pero se considera indeseable, por lo que con frecuencia se califica como anormal.
Incomodidad del observador. Un individuo provoca incomodidad en los demás al hacerlos sentir amenazados o molestos de alguna forma. Una mujer que camina a la mitad de la calle, hablando en voz alta consigo misma, crea incomodidad en otros peatones que tratan de evitarla.
Violación de normas morales e ideales. Un individuo viola las expectativas de la forma en que nos debemos comportar, en relación con las normas sociales. Con este criterio, un individuo podría ser considerado anormal si no desea trabajar o no cree en dios. Este criterio de la anormalidad también es importante en situaciones legales.
Para poder etiquetar una conducta como “anormal”, más de un indicador debe estar presente y ser válido. Cuanto más extremos y preponderantes sean los indicadores, habrá mayor confianza en el señalamiento de una condición como anormal. Ninguno de estos criterios es condición necesaria, compartida por todos los casos de anormalidad. También es verdad que ningún criterio por sí solo es condición suficiente para distinguir todos los casos de conducta anormal de aquellas variantes normales del comportamiento.

Diversas perspectivas teóricas sobre la conducta anormal
Siguiendo a Alloy y Jacobson , podemos señalar como las diversas perspectivas teóricas explican la conducta anormal:

Perspectiva biológica
Esta perspectiva biológica se enfoca en la interacción entre el funcionamiento físico y psicológico de las personas. La mente y el cuerpo son dos aspectos de una compleja entidad única. El estrés psicológico y la enfermedad física se influyen recíprocamente. Lo discutible es que encontrar una predisposición genética o un desequilibrio químico que acompañe a un trastorno determinado no necesariamente significa que el factor orgánico sea el único o aún la causa principal de dicho trastorno.


Perspectiva psicodinámica
Esta perspectiva asegura que gran parte de nuestra conducta no es el resultado de nuestra elección consciente sino que es dirigida por el inconsciente, por fuerzas internas, que a menudo reflejan nuestras experiencias infantiles y relaciones familiares. La perspectiva psicodinamica ha sido criticada su falta de evidencia experimental, su dependencia en las deducciones, muestreo poco representativo, prejuicios culturales (especialmente respecto a las diferencias de género) y un retrato negativo de la conducta humana. Sin embargo, esta teoría psicodinamica ha jugado un rol muy importante al desmitificar la conducta anormal descubriendo la irracionalidad de la vida diaria y mostrando que la conducta normal y anormal no son categorías muy distintas como puntos en un continuum.

Perspectiva cognitiva
La perspectiva cognitiva en Psicología comienza con un interés en la cognición o el procesamiento mental de la información. Los problemas psicológicos surgen de ideas irracionales (Ellis) o pensamientos distorsionados (Beck). Esta perspectiva ha sido criticada por no ser científica ya que hasta cierto punto se basa en deducciones y por confundir las causas secundarias con las primarias. Al mismo tiempo, la perspectiva cognitiva es más científica que algunas otras perspectivas en el hecho de que pone énfasis en variables operacionalizadas y medición empírica de la memoria, la asociación y las expectativas.

Perspectiva conductual
Esta perspectiva ve a la conducta como resultante en la misma manera de la interacción de nuestra dotación genética y nuestra historia de aprendizaje. De este modo, los conductistas prefieren hablar de conducta “inadaptada” más que de conducta anormal y evitan asignar a la gente categorías específicas de diagnóstico. Esta perspectiva ha sido criticada de sobresimplificante y determinista y como un posible medio de coerción política. Al mismo tiempo, las aproximaciones conductistas a la objetividad y experimentación se han vuelto una norma en la investigación psicológica, y el conductismo en gran parte ha desestigmatizado la conducta anormal.

Perspectiva familiar sistemática
De acuerdo a esta perspectiva las causas de la conducta anormal pueden ser encontradas en patrones habituales de las relaciones, generalmente dentro de la familia. De acuerdo a la teoría de la comunicación, la psicopatología surge de patrones familiares de comunicación. ambiguos, contradictorios y hostiles. Esta perspectiva aún tiene que convertirse en una seria y unificada perspectiva psicológica, en parte porque sus afirmaciones son muy modestas y en parte porque algunos de sus descubrimientos no se han sostenido en estudios posteriores.

Perspectiva sociocultural
Esta perspectiva sostiene que la raíz de la conducta anormal no recae en la mente sino en la sociedad. Una teoría es que los males sociales como la pobreza y la discriminación empujan a la gente hacia la Psicopatología. Otra teoría dice que la clase y la raza de las personas influencia la forma en que sus problemas son diagnosticados y el tratamiento que reciben. Nadie discute que los factores socioeconómicos y variables culturales pueden contribuir a las alteraciones psicológicas, pero el grado de que estas sean causas o efectos es debatible. Particularmente controversial es la teoría de que el sólo hecho de etiquetar sea responsable de la ocurrencia desproporcionada de Psicopatología entre los pobres.

La diferencia entre la conducta normal y lo anormal
La diferencia entre normal y anormal no es tanto una diferencia entre dos tipos independientes de conducta, sino más bien una cuestión de grado en que los actos de una persona cumplen un conjunto de criterios acordados de anormalidad. Gerrig y Zimbardo señalan que es mejor entender al trastorno mental como un continuo que va de la salud mental a la enfermedad mental.

Debido a que la diferencia entre normal y anormal es relativa y no absoluta, es útil considerar a la salud mental como un continuo. En un extremo se encuentran las conductas que definen la salud mental óptima; en el otro extremo están las conductas que definen una mínima salud mental. Entre ellos encontramos incrementos graduales de conductas desadaptadas.

El proceso salud-enfermedad
Las sociedades primitivas creían que la enfermedad se debía a que los demonios u otras fuerzas espirituales tomaban posesión y controlaban a la persona. Por su parte, los griegos fueron quienes entendieron a la enfermedad como un fenómeno natural que surgía como consecuencia de un desequilibrio entre los humores que circulaban el cuerpo.

Durante la Edad Media la enfermedad era entendida en términos espirituales puesto que se consideraba que la violación a las leyes divinas desembocaba en la enfermedad mientras que en el Renacimiento la enfermedad fue concebida nuevamente como un fenómeno natural.

Posteriormente en el siglo XIX se desarrolló la teoría del germen con lo cual las tasas de mortalidad declinaron sensiblemente y en el siglo siguiente, o sea durante el siglo XX la Organización Mundial de la Salud definió a la salud como el completo bienestar físico, mental y social y no simplemente como la ausencia de dolencias o enfermedades, con lo cual apareció el modelo biopsicosocial de salud superando así la noción de salud que tenía el modelo biomédico.

El modelo biomédico
Para explicar los conceptos de salud y enfermedad este modelo se basa en dos ideas básicas; el dualismo mente-cuerpo y el reduccionismo, por lo cual sostiene que la enfermedad se limita a una serie de reacciones físicas y químicas, por lo cual los factores emocionales y de comportamiento son considerados como aspectos ajenos a él. Así, por ejemplo, la depresión es una alteración de los neurotransmisores.

Este modelo concibe la salud como la ausencia de alteraciones y de enfermedad. Se concibe al cuerpo como una máquina gobernada por principios biomecánicos por lo que se limita a la comprensión de los procesos biológicos y bioquímicos. Quienes siguen este modelo consideran que cada proceso patológico es independiente de los estados emocionales del individuo y de su comportamiento.

La psiquiatría biológica se basa en la premisa de que las alteraciones emocionales están originadas en alteraciones de neurotransmisores y pretende manejarlas sólo en términos bioquímicos, sin considerar las interacciones consigo mismo y con los demás, lo cual implica el rechazo de una visión holística e integrativa.

El modelo biopsicosocial
De acuerdo con Labiano, este modelo se basa en el principio de que tanto la salud como la enfermedad están multideterminadas, es decir, que las causas que interactúan en los procesos saludables y patológicos son de diversa naturaleza y origen, pues intervienen tanto elementos de macroprocesos (tales como contexto social, ambiente físico, circunstancias socioeconómicas, factores climáticos, etc.) como otros de microprocesos (cambios bioquímicos, pensamientos, emociones, etc.).

Este modelo concibe a la salud como un proceso-estado que se alcanza cuando hay armonía biológica, psicológica y con el entorno socioambiental. Por el contrario, la enfermedad se presenta cuando hay un desequilibrio en dichas esferas. De acuerdo con este modelo, se requiere una perspectiva amplia e integrativa para comprender las alteraciones y elaborar un diagnóstico.

La Psicología Anormal a diferencia de la Psiquiatría Biológica se basa en el principio de la causalidad múltiple, es decir, considera que los trastornos mentales pueden ser el resultado de una amplia variedad de causas: predisposiciones genéticas, eventos precipitantes, algunas psicológicas, algunas biológicas, algunas causas internas relativas a la persona afectada y otras externas relativas al medio ambiente.